Los CEO’s y dirigentes políticos, poco confiables

Los CEO’s y dirigentes políticos, poco confiables 150 150 Taes Comunicación

La opinión pública incrementa su desconfianza hacia los principales directivos de las empresas (CEO’s) y los políticos (representantes de partidos, miembros del Gobierno y funcionarios). Esta actitud se mantiene también hacia las grandes empresas, a las que considera que están “demasiado politizadas”.

Los académicos o expertos (83%), expertos técnicos de las compañías (78%), “alguien como tu” (78%) y los empleados (78%) son  los portavoces que más credibilidad tienen ante la opinión pública. Los empleados son los portavoces que más confianza generan para comunicar asuntos de compromiso (50%), integridad (37%) y operaciones (34%).

La brecha no es tan acusada a nivel global (el conjunto de los 27 países analizados), ya que los CEO’s (43%) y representantes del regulador (36%) tiene una consideración algo mejor, pero los académicos y expertos (67%), técnicos expertos de la compañía (66%), “alguien como tú” (62%) o lo empleados (52%) no tienen tanda credibilidad como en España.

La razón fundamental de la desconfianza en los líderes de las compañías y los representantes del regulador se debe a que los ciudadanos demandan de ellos comportamientos éticos y transparentes. Así, para generar confianza, exigen a los directivos:

  • Comunicar de forma clara y transparente (78%)
  • Decir la verdad sin tener en cuenta cuán compleja sea o impopular es (77%)
  • Comprometerse regularmente con los empleados a debatir el estado del negocio (76%)
  • Estar al frente en tiempos difíciles (retirada de productos, pleitos) (76%)
  • Involucrarse personalmente en apoyo a organizaciones benéficas locales y buenas causas (69%)
  • Tener una presencia mediática activa (48%)

En este sentido, los españoles tiene muy poca confianza en la capacidad de los directivos para tomar decisiones adecuadas. Solo el 19% considera que tienen capacidad para “corregir conflictos en sectores que tienen problemas”; el 20% confía en que tomen “decisiones éticas y morales”; el 19% apoya que “dirán la verdad” ya sea compleja o impopular; y el 18% opina que serán “capaces de resolver problemas sociales”.

La valoración de la opinión pública española sobre los líderes gubernamentales es aún peor. El 8% apoya que tiene capacidad para “corregir conflictos en sectores que tienen problemas”; el 6% confía en que tomen “decisiones éticas y morales”; el 8% sostiene que “dirán la verdad” ya sea compleja o impopular; y el 10% opina que serán “capaces de resolver problemas sociales”.

Las grandes empresas, poca confianza

La baja credibilidad en las empresas es mayor cuanto más grandes son las compañías. Los españoles tienen más confianza en las empresas familiares (77%)  y las pymes (69%) que en las empresas cotizadas (42%), las grandes empresas (40%) o las compañías de titularidad pública (35%).

Las percepciones sobre las empresas cotizadas son sensiblemente peores que las que se tienen de las demás empresas. Las grandes compañías solo superan a las privadas cuando se les pregunta por afirmaciones como “tener demasiada influencia política” (72% frente al 60%) o “resultados financieros constantes” (46% frente al 42%).

El nivel de confianza de los españoles hacia los medios de comunicación también presenta algunos síntomas preocupantes, ya que las herramientas de búsqueda online (59%) generan más confianza que los medios tradicionales (57%) o los medios híbridos (52%). El 51% declara que tiene confianza en las redes sociales. La confianza en los medios de comunicación descendió 10 puntos respecto a 2013.

El estudio pone de relieve un cambio de contexto en España en el que se percibe un clima de gran desconfianza hacia el poder, ya sea el que representa el gobierno y sus representantes, las grandes empresas y sus directivos. Además, el público informado reclama que el Gobierno debe incrementar la regulación sobre los bancos (71%), las empresas energéticas (60%) y el sector de la alimentación y bebidas (47%).

Las empresas y el regulador deben entender que para generar confianza y mejorar su reputación ante la opinión pública y los usuarios deben apostar por comportamientos éticos en la gestión y la transparencia informativa, antes que en maximizar los beneficios y ofrecer buenos resultados a sus accionistas.

También se deben revisar algunos planes de comunicación que sustentan su estrategia en la transmisión de los mensajes a través de CEO o el líder político, según el caso. La credibilidad y confianza que generan es muy escasa frente a otros portavoces más valorados por la opinión pública, como los empleados.

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